Maceteros con palmeras en el hotel del puerto Badalona: foto Angélica Regidor. |
Cuando
Alejandro Magno ocupó Babilonia, le tuvieron que explicar los viejos del lugar,
lo que habían sido las magníficas y tristes ruinas que se encontró.
Eran
las ruinas de unos increíbles jardines colgantes, construidos por amor por
Nabucodonosor II, que tantos quebraderos de cabeza dio a los judíos de su época.
No los jardines, sino Nabucodonosor.
La existencia
de los jardines está en duda, pero mi intuición me dice que sí debieron
existir y que fueron espléndidos.
Su
decadencia fue lenta, al paso de la decadencia del rey Nabucodonosor II y su
reinado.
No pasó
como con el Puente del Petróleo de Badalona; temporal de levante y no puente.
No,
aquello era Babilonia, no Badalona.
¿Qué
pasará con este jardín sedente, que sin ser una de las maravillas del mundo, en
muy mono?
¿Otro
temporal de levante y las palmeras a dormir?
El
puente era una obra pública, algo así como una casa de protección oficial.
Pero
este jardín, es una obra privada.
¡Que
emoción, ¡corrupción versus libertad!
¿Podrá
el David de la libertad, contra en Goliat de la corrupción?
¡Chi
lo sa!
El tiempo lo dirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario