El otro día, navegando por Internet, me encontré con esta imagen de un castillo de estilo europeo, sobre una roca que me recordaba a un paisaje del Golfo de Tailandia.
Al pie de la roca, sobre un mar plácido, una barca, sola, espera frente a una puerta abierta.
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| Foto: Pinterest.com. |
La fotografía me sonaba a irreal, y en mi insensato camino hacia el conocer, intenté ver de dónde había salido ese montaje.
No me duró mucho la búsqueda. Pronto encontré que era una imagen trucada que, en su momento tuvo éxito en Internet.
Y encontré también el origen del montaje.
¡Qué desilusión!
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| Foto: Pinterest.com. |
Efectivamente es falsa, pero me evocó cosas bellas.
Lo malo está en vivir y construir sobre la mentira, pero la mentira puede ser también bella en su apariencia.
Sólo hay que saberla reconocer para mantenerla a raya y que no nos derive por caminos tortuosos.
No todo lo falso es mentira. Sólo cuando hay intención de engañar.
Probablemente el autor de esa foto no tenía afán de engañar, sino de crear algo bello con elementos disonantes. Esa belleza es la que me impresionó.
Los relojes de Dalí son un absurdo, pero un absurdo bello y evocador.
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| La persistencia de la Memoria. Salvador Dalí. Foto: Internet. |
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