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domingo, 12 de abril de 2020

Cousteau, Rodríguez de la Fuente y en el foro, como siempre, Asensi.


En 1989, coincidieron en el local del C.R.I.S. de la calle Pelayo, Cousteau y Rodríguez de la Fuente, que se ven retratados en esta fotografía en la que aparece también Alfons Ferrer (frente a Cousteau), entonces presidente del Centro, y siempre notable fotógrafo aficionado, que por su constancia, ha devenido como cronista gráfico fáctico del C.R.I.S.

Estuve presente en ese encuentro y en él Cousteau me firmó una edición del El Mundo del silencio (creo recordar que era la primera edición en español), que conservaba en mi biblioteca y que llevé al encuentro con esa intención.

En el barullo de la firma pensó Cousteau que el libro era del C.R.I.S. pues Ferrer me presentó como “director de Departamento de Biología del C.R.I.S”. En definitiva, que Cousteau me firmó el libro con la dedicatoria; “pour la Bibliothèque de CRIS”, y así lo conservé durante años, fastidiado por el error.

Pero el libro me desapareció cuando el expolio de mi biblioteca en Almería. Si ves una primera edición en español de “El Mundo del silencio” con esa dedicatoria, has de saber, querido lector, que es un libro robado y que te agradecería que me lo comunicases. En fin, “sic transit gloria mundi”.

Otra anécdota de esa fotografía es que se le está mostrando a Cousteau un cartel que edité para dar soporte al Manifiesto sobre la limitación de la pesca submarina. El cartel consistía en una serie de viñetas al respecto, ilustradas por el grafista, cuando lo conocí un hombre encantador y generoso, Pedro Sallés.

Esa campaña enfrentándome a la pesca submarina, me trajo muchos problemas por parte de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (F.E.D.A.S.), que hizo lo que pudo, gracias a Dios sin éxito, por defenestrarme. Hoy ya puedo decir que, desde la trastienda, el C.R.I.S. hizo lo que estuvo en su mano por ayudarme. Mando desde aquí un entrañable saludo a Frederic Malagelada, un hombre justo y alegre, buceador y aventurero intrépido.

Paradójicamente, con el ecologista Cousteau, todos hacían méritos con un cartel denodado (en la foto), promovido por un José María Asensi, buceador denostado. 

Esta campaña fue el inicio de una nueva forma de ver el deporte subacuático.

Fue este el único contacto que tuve con esos dos naturalistas. Pero años antes había participado en la organización de un homenaje institucional en Barcelona, a  Rodríguez de la Fuente.


Para saber más sobre el Manifiesto para la limitación de la pesca submarina, haz clic aquí.

Si quieres saber sobre las secuelas positivas del Manifiesto para la limitación de la presa submarina, haz clic aquí.

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