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| Desierto del Sahara. Egipto. |
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| Mikonos. Grecia. |
En esta entrada cito el Antiguo Testamento.
Ya te he comentado que si me juzgas por las entradas
te equivocarás.
La razón de esta cita es que me vengo planteando
desde hace algún tiempo, un cierto cansancio sobre mi interés por la
naturaleza, en el sentido de que me cansa tanto estudio.
Quizá también te pase a ti y me consta que le pasa
a muchas personas que se han especializado durante años en un tema.
Eso me preocupaba porque no sabía a que se debía
Y encontré la razón, guardando las enormes
distancias, en la cita de referencia, que te sugiero leas sin prisas.
Te aconsejo que no intentes leer el Antiguo
Testamento en modo novela, porque puedes morir en el empeño.
Pero cuando concretas, puede ayudarte como me ayudó
saber que mi desánimo es algo común y ancestral.
Me gusta y atrae la naturaleza.
Aunque sin el ardor y la incondicionalidad de antes.
Eso es propio y natural, por la edad y la
experiencia.
Desde que tengo uso de razón me gusta la naturaleza.
Pero después de tanto tiempo de disfrutar y conocer
de ella, creo que me estoy enfriando.
Primero la vivía por mis ojos y mis sentidos.
Luego por los libros. Después por los museos.
Más tarde llegaron los documentales, que compraba en
cintas de vídeo.
Con el tiempo no tuve que comprarlos y me los
ofrecían en la televisión, para pasar luego a embutírmelos.
Lo último fueron los viajes.
Sé que me queda mucho por ver, sentir, oler y tocar.
No se cansa el ojo de ver...
8 Todas las personas están gastadas, más de lo
que se puede expresar. ¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se
cansa de escuchar?
9 Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso
mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
10 Si hay algo de lo que dicen: «Mira, esto sí
que es algo nuevo». en realidad, eso mismo ya existió muchísimo
antes que nosotros.
11 No queda el recuerdo de las cosas pasadas, ni
quedará el recuerdo de las futuras en aquellos que vendrán después.
12 Yo, Cohélet (¿Salomón?), he sido rey de
Israel, en Jerusalén,
13 y me dediqué a investigar y a explorar con
sabiduría todo lo que se hace bajo el cielo: es esta una ingrata
tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella.
14 Así observé todas las obras que se hacen bajo
el sol, y vi que todo es vanidad y correr tras el viento.
15 Lo torcido no se puede enderezar, ni se puede
contar lo que falta.
16 Entonces me dije a mí mismo: Yo acumulé una
gran sabiduría, más que todos mis predecesores en Jerusalén, y mi
corazón ha visto mucha sabiduría y ciencia.
17 Me dediqué a conocer la sabiduría, la
ciencia, la locura y la necedad, y advertí que también eso es
correr tras el viento.
18 Porque mucha sabiduría trae mucha aflicción,
y el que acumula ciencia, acumula dolor.
Eclesiastés (uno de los libros de la Biblia).
A veces me planteo que quizás, siendo la misma, me
seguiría gustando igual la naturaleza, si no llevara frío, lluvia y
viento.
¿Me estaré haciendo viejo?
No, es peor. Creo que he perdido mi ikigai.