Educación clase y sensibilidad. Foto: libre, en Internet. |
La educación es la forma básica de sociabilidad.
Los monos o los ornitorrincos no precisan de la
educación, aunque en su defecto tienen hábitos o protocolos de comportamiento.
El hombre, en su racionalidad, precisa un elemento
básico de convivencia, que es la educación.
Se puede convivir sin educación, pero esa
convivencia suele acabar llegando a las manos.
Las normas de educación dan las fórmulas más
elementales de comportamiento, para no molestarse unos a otros.
Por ejemplo, no se deben soltar pedos durante una
comida con otras personas.
Dirás, eso es una tontería vidente.
Pues no, un pariente político de la familia G., que
andaba derecho aunque estaba más próximo a los primates, en una comida de
Navidad levantó una pata, soltó un pedo y detrás una carcajada por su gracia.
Aprovechó para romper accidentalmente, una copa con
su pezuña.
Era un maleducado.
La educación puede adquirirse con la instrucción de
los padres o la asistencia a una escuela.
Bueno eso era antes, hoy las escuelas no dan ninguna
garantía de educación y algunos padres tampoco.
Pero lo que vengo a decir, es que la educación se
compra con dinero o con atención.
Cualquier borrico con dos dedos de frente o con
recursos económicos, puede llegar a ser educado.
Tener clase es un grado
más.
Es un educado con tiempo y dinero para degradar a la
educación.
Es una educación exacerbada, que a una persona
normal no le atrae.
Es el gótico flamígero.
Es la educación del pijo.
A mi modo de ver, ser educado es básico y tener
clase, se puede soportar si el que la tiene sabe cómo y dónde usarla.
Pero la sensibilidad es otro nivel.
No depende del dinero, ni del estatus social, ni del
sexo, ni de la raza.
Se tiene sensibilidad o no se tiene sensibilidad.
El ambiente puede ayudar o perjudicar pero es
difícil que el ambiente erradique la sensibilidad de una persona.
Una persona sensible y educada, es un elemento
importante en cualquier sociedad.
Se puede ser aristócrata e imbécil.
Y también se puede ser educado e imbécil.
Pero es difícil que una persona sensible sea
imbécil.
Aunque la racionalidad humana, puede adquirir
niveles que alcancen cualquier desafío.
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