Páginas

viernes, 29 de marzo de 2024

Granate melanita, Murcia, 7 mm.

 

Granate melanita. Murcia.

Puñetera conciencia.

No me he podido quedar con el amarillo del narciso y he acabado con el negro de este granate.

Quedo tranquilo.

Es lo propio del día.


El amarillo del narciso, se refiere a esta entrada y su postdata.


Corazón de café.

 

Café amoroso.

Corazón de café, expresión de amor vana y superflua, con un alcaloide psicoactivo muy propio de los tiempos que corremos.

Hasta ese punto se ha trivializado un afecto que ya solo se esgrime, cuando se ha de pedir algo.

Probablemente. Quien lo servía, pedía una propina.


jueves, 28 de marzo de 2024

Sepia.

 

Una sepia triste y despersonalizada, me mira desde su lecho de hielo, preguntándome; ¿tu quoque, fili mi? No, un servidor no, sepia anónima, que solo vales tu precio.

Los que te venden, han de anunciar tu nombre y tu origen.

Pero aquí solo ponen tu precio. ¿Es caro o barato?

Pues no lo sé, depende de cómo te llames y de donde vengas.

Pero no te sientas discriminada.

Los mismos que te venden a ti venden, carne humana sin decir su nombre ni su origen.

Ni su precio de venta, porque la venden en subastas públicas y secretas.

Públicas porque son al mejor postor y secretas porque se hacen a escondidas.

No amiga sepia;

Ego sum solus testis.


lunes, 25 de marzo de 2024

Retama y semana santa.

 

Retama blanca, Retama monosperma, flor. Foto: Antonio Asensi.

Retama monosperma, fruto.


Retama monosperma, aspecto general de la planta florida.

Hoy me he desfondado.

Hace semanas que vengo fotografiando una retama que crece cerca de casa y que ha florecido.

Le pedí a Antonio que me hiciera unas fotos de las flores, con lo que he acabado de fotografiar todo el ciclo.

Tengo la planta insípida, el fruto y la flor.

Con todo eso había pensado realizar una entrada documentada con esas imágenes.

Pero claro, como estamos en semana santa y probablemente habrá visitantes creyentes, no creyentes y medio pensionistas, se me ha ocurrido relacionar la retama con la Biblia.

La retama es una planta triste pero útil, de manera que la Biblia la cita más por sus propiedades que por su belleza, que es poca

o mucha, pero que pasa inadvertida a un observador ocasional.

Habla de sus propiedades de arder fácilmente, con lo que en el desierto debía ser la mejor leña, si no la única y de su utilidad como escoba.

Aunque no relaciona estas propiedades con el nombre de retama. Aunque sí cita retama a secas en un par de ocasiones.

Bueno parecía que la entrada ya estaba hilvanada.

Pero no. La retama que te traigo no sé si es la retama judía.

Quizá por eso no la citen por su belleza cuando está florida.

La retama que cita la Biblia es probablemente otra retama común en el medio oriente.

Por eso, cuando daba la entrada por acabada, he visto que no estaba ni mediada.

Debía averiguar, cuál es la retama que prolifera hoy en Galilea y ver si es la misma que proliferaba hace dos mil años en ese mismo lugar.

Y ahí es donde me he desfondado.

No tengo ánimos para realizar ese ejercicio, pero quizás tú sí que los tengas.

He utilizado la versión de la Biblia que aparece en la página del Vaticano.

Está en español argentino y no sé si eso puede afectar al término "retama".

He encontrado información práctica en Jeremías, 17.6-8 y 48.6 (matorral), en Isaías, 14.23 (escoba), en Reyes, 1, 19, 4-5, en Job 30.4 y en Salmos, 120. (s.e.u.o.)

Perdona si yerro, pero es que no soy del oficio.

Si te atreves, puedes acabar lo que yo me he rendido.

Si lo consigues, me gustaría saber más.

En absoluto quiero condicionarte lo más mínimo.

Te dejo con mi entrada fracasada.


domingo, 24 de marzo de 2024

Seguridad social y un naturalista pachucho.

 


Escribía esto el día de mi santo, san José, pero no lo he podido subir hasta hoy. No importa porque no tiene actualidad. Es algo congénito.

Pero hoy es un día importante para mí.

Un día casi místico; he conseguido hablar con la persona que recoge los recados a la médica que me tiene asignada la seguridad social.

La oigo un par de veces al año. Me llama y me pregunta; ¿qué tal va todo José María?

Muy bien, le contesto siempre, para no estresarla, por los pocos minutos que tiene de visita.

Pues nada, me contesta agradecida; hasta dentro de seis meses.

Adiós, me dice.

Adiós, le contesto.

Como no se enteró de mi penúltimo ingreso en urgencias, hoy la he llamado para que se entere del último.

¡Y he conseguido dejarle el recado!

Quizás, porque es el día de mi santo, mi patrono me ha echado una mano.

O quizás, porque la seguridad social tiene anotadas las onomásticas de sus pacientes y esos días los trata bien.

Me recuerda, cuando en la república, los maestros pasaban por las clases de los críos, diciéndoles que pidieran caramelos a Dios y a Stalin.

Los que pedían caramelos a Dios, no recibían nada.

Los que se los pedían Stalin, los recibían.

La conclusión era clara, Dios no existe, Stalin sí.

Esto me crea un problema. ¿A quién debo agradecer que me hayan atendido en la seguridad social?

¿A san José o a Pedro Sánchez?

Postdata, mi patrón no debe ser muy influyente en la administración catalana.

Hasta hoy, no he tenido respuesta de la médica.

O a lo mejor, es que Sánchez es gafe para terceros.

Los niños de la república lo tenían más fácil.


sábado, 23 de marzo de 2024

Dr. Sebastián Calzada, escolapio.

 

Dr. Sebastián Calzada, escolapio.

En estas últimas semanas, he tenido ocasión de hablar con personas a las que, entre otras cosas, nos unía la relación con un nonagenario bueno y sabio; el Dr. en geología y teólogo, padre Sebastián Calzada, hasta hace nada y menos, director del museo geológico del seminario de Barcelona.

Hacía tiempo que no veía al anciano de noventa y dos años, pero en estos días he tenido ocasión de hablar con él un par de veces.

Antes había hablado con las personas que cito y todas me habían dicho que estaba mal.

Si no conociera la naturaleza humana, me hubiera sorprendido al verlo.

Con sus 92 años, acudió puntualmente a la cita, a la que vino y se fue en metro.

No usa bastón, se orienta perfectamente, me reconoció enseguida, echamos unas risas y estuvimos hablando de nuestras cosas, que él recordaba perfectamente, si bien con algunas lagunas que achicaba perfectamente en cuanto se lo recordaba.

Lo encontré como una persona perfectamente válida para la convivencia normal con personas de nivel intelectual alto o normal, incluso conmigo.

Naturalmente, no para realizar una actividad laboral, pero si para aconsejar y opinar sobre cuestiones técnicas y humanas.

Mis interlocutores me habían dicho que ya no es lo que era...

A la vista de mis encuentros, mis interlocutores estaban en baja forma o dislocados.

¡Claro que ya no es lo que era!

¡Si era una eminencia!

Y ahora, con, su merma, sigue dando mil vueltas a los que le achacan tanto achaque.

No me sorprendió.

Cuando en mi etapa profesional en el ayuntamiento de Barcelona, Pascual Maragall, el buen alcalde de la ciudad, me encomendó la tarea de gestionar asuntos de disminuidos físicos y psíquicos, me encontré con una fauna de cretinos a los que les daban mucho apuro, los paralíticos cerebrales, a los que tachaban, naturalmente en voz baja porque no era políticamente correcto, de subnormales profundos.

Me costó mucho hacerles entender, porque eran muchos a los que había que convencer, que en absoluto ocurría eso. Que el paralítico cerebral no controla sus movimientos, pero intelectualmente es como cualquier otra persona sin esa afección.

Y ahora me toca convencer a personas presuntamente normales, que la ancianidad merma fuerzas e inhabilita algunas funciones intelectuales y físicas pero, salvo que haya algún otro problema, el viejo no es un disminuido psíquico, es simplemente, un viejo.

Un viejo, que pasa de hacer jornadas de diez horas para tener méritos delante de su jefe, porque ya no es idiota y que pasa de hacer determinados trabajos intelectuales o físicos, porque ya no tiene las energías necesarias.

De ahí a que sea un inútil, hay un mundo.

Y hablo con autoridad en este tema concreto, porque soy protagonista de una situación análoga.

Ya he comentado y aunque no lo hubiera hecho, quien no lo tenga presente ha de hacérselo mirar, que disfruto de una disminución que acarreo desde niño, a la que se han sumado, a lo largo de mi vida, otras.

La medicación que tomo es agresiva y me afecta haciéndome lento de reflejos, al hablar y al obrar.

Por eso prefiero escribir.

Y me he dado cuenta que muchas de las personas presuntamente normales que me rodean, me toman por disminuido psíquico o algo semejante.

Si a ello sumamos mi edad, (probablemente tenga más tiempo por delante que el de muchos que me rodean, pues una de las cosas maravillosas de esta vida es la incertidumbre de la muerte), más de uno llegará a la conclusión de que quizás saliera más barato a la sociedad el quitarme de en medio.

Esa es la moda de la filosofía de la vida hoy, que presagia mal futuro  a los jóvenes.

Porque para una empresa guay, una persona de treinta años es ya una persona mayor y busca edades más cortas, con mucha experiencia, lo que es un absurdo.

Como es absurda toda esta sociedad decadente, que espero tener pronto la satisfacción de dejar.

Tranquilos que ese pronto pueden ser veinte años.

O más.

O unas horas.

En definitiva, que mi preceptor maestro y amigo no está tan mal, sino que lleva el ritmo natural de la vida.

Una vida de sabiduría y trabajo.

Probablemente, algún lector desorientado pensará; que mal tratan los curas a los colegas sabios de su entorno.

Pues no, despistado lector, pues tu escaso conocimiento de la iglesia es lo que te ha llevado a esa mala conclusión.

Entre las personas que cito al principio, ninguna era del gremio.

No he oído a ningún miembro de la iglesia, concretamente del seminario, decir una sola palabra negativa sobre la persona en cuestión. Ni una opinión velada o indirecta, a su capacidad o estado de salud.

Solo he oído comentarios de colaboradores seglares que aportan generosamente su trabajo y sus opiniones pusilánimes, al museo.

El padre escolapio Sebastián Calzada, hombre sabio y prudente, hasta hace poco, director del museo geológico del seminario de Barcelona, sigue siendo un hombre sabio bueno y prudente, pero siguiendo la magnífica ley natural, además, viejo.

Lleva su vejez con la dignidad con que la suelen llevar, los hombres viejos, consagrados al servicio de Dios.

Y muchos otros hombres, que viven y mueren con la dignidad de nuestra especie.

Si quieres saber más de paleontología y de muchas otras cosas,  puedes encontrar información, visitando la página web del museo.

sábado, 2 de marzo de 2024

Flor de queso.

 

Flor de queso. Foto: María Asensi.

El otro día, María me recomendó este queso.

Un manjar exquisito para acompañarlo de buen pan.

Es flor por la forma, no por la variedad.

Debo averiguar qué tipo de queso es.

Pero lo cierto es que el corte debe hacer mucho.

Es caro. Este trocito, cinco euros en un super de Barcelona.

Sólo para probarlo en ocasiones que lo merezcan.



Caracol marino. Murex.

 

Murex pecten.




Aspirante a fractal.

 

Piña de Pinus halepensis. Sierra litoral.

viernes, 1 de marzo de 2024

Palmera, Washingtonia filifera.

Palmera, Washingtonia filifera. (Maresme. Barcelona).
Palmera, Washingtonia filifera. (Maresme. Barcelona). (detalle).