Páginas

jueves, 28 de marzo de 2024

Sepia.

 

Una sepia triste y despersonalizada, me mira desde su lecho de hielo, preguntándome; ¿tu quoque, fili mi? No, un servidor no, sepia anónima, que solo vales tu precio.

Los que te venden, han de anunciar tu nombre y tu origen.

Pero aquí solo ponen tu precio. ¿Es caro o barato?

Pues no lo sé, depende de cómo te llames y de donde vengas.

Pero no te sientas discriminada.

Los mismos que te venden a ti venden, carne humana sin decir su nombre ni su origen.

Ni su precio de venta, porque la venden en subastas públicas y secretas.

Públicas porque son al mejor postor y secretas porque se hacen a escondidas.

No amiga sepia;

Ego sum solus testis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario