Simpático y tímido reptil, asomando de un tocón. |
Esta
mañana, mi colega y amigo José Torrent, me ha enviado el enlace con un blog de
Naturaleza cuyo autor, nuestro tocayo Josep, ha muerto tras una
larga enfermedad.
He
abierto el enlace y he estado repasando el blog y viendo algunas de sus
fotografías.
Me he
emocionado.
Son
fotos magníficas que inspiran el amor que su autor sentía por la Naturaleza.
Son
fotos con alma.
Quizás
las fotos sueltas no me dirían nada. He visto fotos muy buenas de naturaleza, que
me han gustado.
Es
el contexto en el que estaban lo que me ha atraído. Su encaje en un marco que
el autor ha considerado adecuado para transmitir su mensaje. El cuidado con el
que las ha organizado.
Enseguida
he notado un entrañable afecto por el creador de esa obra.
He
sentido su presencia.
Es lo que ocurre con las obras de arte, grandes o pequeñas.
Transmiten los
sentimientos del autor.
Estos sentimientos son más fáciles de comprender cuando la obra es una obra material, como un
cuadro, una escultura, un libro, una película, una canción...
Pero
es más difícil de entender al artista, cuando su obra es intangible.
Cuando
su obra es una idea.
Y un
blog es una idea plasmada en lo etéreo.
Si
lo vemos en sus partes; en sus fotografías, en sus textos, no estamos viendo la obra
completa, sino solo partes de ella.
Esa
es la dificultad de los artistas que no pintamos cuadros o no hacemos
esculturas.
La
foto de un blog no es la obra, es solo una pequeña pieza que puede ser bonita o
fea pero que no transmite el mensaje completo del autor.
La
obra es el blog.
Hay
que captar el sentimiento del blog para sentir el mensaje del autor.
Y
eso no es fácil cuando una obra tiene tantas facetas como los ojos del insecto.
… Y
no te digo nada, si la idea se materializa en un proyecto o en una actividad.
Entonces
es cuando resulta más difícil que los árboles te dejen ver el bosque.
Pienso
en los programas de Torrent, enseñando plantas a los niños o volcanes a los adultos.
O en
mis programas Barcelona i la mar o la Escuela del Mar.
El
impacto visual de unos niños plantando árboles, de unos adultos entre volcanes
o de unos jóvenes navegando en un barco de cien años, es tan impactante que no
deja ver la verdadera obra del autor.
La
obra es el programa, que utiliza esos medios aparatosos para alcanzar su
verdadero fin, que es el de hacer más personas a esos niños, jóvenes y adultos.
Lo
que me impresionó de Josep, no fueron las fotos, sino el espíritu creativo de
un ser humano que se enamoró de un rincón de su tierra y lo plasmó, como le
inspiró su alma, en un blog, para transmitirlo a quienes supieran captar su
sensibilidad.
No
importa que su arte esté en una nube digital, hecha para ser perecedera.
En
los mausoleos se utiliza el granito buscando la eternidad.
Soberana
tontería.
El
mundo es, por naturaleza, perecedero y un naturalista lo sabe y lo tiene muy
presente.
La
idea de Josep no era hacerse inmortal, era transmitir un sentimiento, que como
sentimiento sí es inmortal, a otro ser perecedero que lo supiera entender y lo
pudiera transmitir.
No
sabemos a quién llega el mensaje, cómo se mantiene y qué efectos causa.
No
importa.
Al
fin, eso es la cultura de una sociedad.
Tampoco
importa que la obra de arte del blog esté en la nube, intangible y etérea.
Lo
importante es que alguien la vea, la entienda y la mantenga en su acervo
cultural, para transmitirla a otro ser de su comunidad.
Esa
misión es la que intento cumplir ahora en este blog, intangible y etéreo.
Me
basta con que lo entienda una sola persona.
El blog
de Josep, ya ha cumplido su misión.
Descansa
en paz, colega.
Tu
mensaje ha llegado y se ha replicado. ¡Hasta pronto!
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