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sábado, 19 de noviembre de 2022

Es hora de hibernar. Palmeral.

 

Palmeral.


Tengo frio.

He pasado una noche inquieta.

Hoy se cuenta un aniversario, que, no entiendo por qué, a opinión de terceros es dannato, maldito.

Me viene a la mente un paisaje curioso, incluso quizás atractivo, que recreo en el vídeo del enlace.

Es un palmeral.

O quizás sería más propio decir un jardín.

No importa como lo llamemos, porque a los efectos de mi relato es el fondo, no la forma, lo que me interesa.

Es un lugar original, decorado con plantas vivas.

Pero es un espacio muerto.

Como un bodegón.

Las palmeras son bonsáis en sus macetas.

No me explico cómo aguantan derechas; o las macetas están empernadas al suelo, o están desfondadas y dejan que la raíz de su inquilina profundice y se ancle en la tierra, atravesando, aérea, los locales de debajo.

Si no tiene truco, poco futuro tiene ese jardín.

Hay estructuras humanas a las que les pasa lo mismo.

Se diseñan conforme a formas clásicas, pero se quedan en las formas, ausentando el fondo.

Se llaman como sus originales, pero les falta la chicha.

Son bodegones. Están muertas, aunque sus protagonistas estén vivos.

Visto lo visto,

Creo que ya es hora de pensar en prepararme para hibernar.



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