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lunes, 2 de mayo de 2022

Con la Administración hemos dado, Sancho. Puerto de Badalona.

 

Pantalán del puerto de Badalona.

El puerto deportivo de Badalona tiene todas las bazas para ser un puerto magnífico.

Está bien enclavado.

Tiene un hotel moderno con acceso directo.

También una gran superficie de alimentación en el mismo puerto.

Una dinámica docente en actividades náuticas muy interesante.

Un entorno urbanístico inmediato desmelenado y reciente, fruto de lo que todos sabemos con lo malo que ello supone, pero que aporta población.

En definitiva, una mano de cartas que sólo hay que saber jugarlas.

Pero el gran problema del puerto de Badalona, es que su gestión es pública.

Y como dijo la patética ministra, el dinero público no es de nadie.

Así, proliferan los hurtos,

las instalaciones de degradan sin el mantenimiento adecuado,

no se cumplen las normas básicas de convivencia y de seguridad,

proliferan los barcos patera,

aumenta la suciedad,

se relaja la vigilancia y la atención a los barcos amarrados.

Aunque por lo anterior pueda parecerlo, la estancia no es gratuita.

Se cobra por el amarre.

Y por los consumos de agua y luz, que en otros puertos están incluidos en la cuota de amarre.  

Y por aparcar.

Y por las ayudas puntuales del puerto a sus clientes amarristas.

Para gestionar algo hay que conocer ese algo. Y ser competente en gestión. Y cuando ese algo implica vocación, como es la atracción a la mar, conocer esa vocación. O al menos, haber oído hablar de ella.

Los que tienen barca o barco son gente normal, como en el resto de Europa. Clase media amante del mar.

Los que tienen yate son los jerarcas comunistas y los de la doctrina del pelotazo, que trajeron de la mano los papás de los que hoy nos mandan.

Y es que el puerto de Badalona es el único de gestión pública de estos lares.

"Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho", que diría un friki de la gauche divine, analfabeto funcional y trepa.

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