Amanecer en el Maresme. Foto: Angélica Regidor. |
Si
fuera un prado, podríamos decir que es una imagen bucólica.
Pero
es el mar. Probablemente podamos decir lo mismo.
Si
fuera un cultureta relamido, añadiría, … es una licencia poética.
Pero,
¿qué le importa a mi interlocutor lo que oye? Aquí le importa lo que ve.
Pues
en ese mar de la costa catalana he visto, con estos mis ojos, que se han de
comer los gusanos, tres trompas marinas.
Y
es que el Mediterráneo es la caraba, de donde menos te piensas salta la liebre.
En
todas las costas hace mala mar en algún momento, pero en el Maresme, entre las
levantadas y las trompas, es un no parar.
¡Marditos
roedores los del wasap! ¡No paran!
Ya
he tirado el zapatóphono. Acabo.
Pues
eso, que no hay que fiarse de la calma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario