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martes, 16 de septiembre de 2025

Malta, templo y poblado megalítico de Hagar Qim.

 

Malta, templo y poblado megalítico de Hagar Qim. Maqueta.

Templo y poblado en su estado original.

Templo y poblado en su estado actual.
Malta, templo y poblado megalítico de Hagar Qim, bajo lona.

Malta, templo y poblado megalítico de Hagar Qim, bajo lona.

Este es el séquito de Tony Blair, con el que coincidimos en Malta, el día que marca la fotografía.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Ventanas de colores en Malta.

 

La Valeta. Malta. Uno de los paseos marítimos.
Malta. Uno de los paseos marítimos.


Quedé prendado de este rincón en el puerto de Malta, que me pareció ideal para una charla tranquila en un día apacible.

Para ver el contexto de este rinconcito te lo he fotografiado también desde uno de los salones del barco.

Puedes pensar que no será tan apacible el lugar, con semejante monstruo atracado al lado. Pero cuando están parados no hacen ruido, solo sombra y aunque sea un barco de estas proporciones, un transatlántico siempre evoca un ambiente de aventura y ensoñación.

Cada vez que veo estas fotos no puedo evitar pensar en los propietarios de estas casitas, pintando las contraventanas para darles su toque personal.

Probablemente cada color irá a tono con la personalidad del pintor o de la persona de su familia que le haya inspirado.






miércoles, 10 de septiembre de 2025

Santorini (Grecia) y sus vinos.

 

Parra de uva negra.
Espacio para la cata, en mi caso una refrescante naranjada y deliciosos mordiscos de queso.

Santorini produce dos tipos de vino, uno blanco y otro negro.

La producción no es grande pues las inclemencias climáticas de la isla y la escasez de agua, hacen que la producción sea muy limitada. Las parras no tienen prestancia, pero el ingenio y el trabajo humano hacen posible su explotación.

Me comentaba el guía, oriundo de la isla, que el vino negro no tiene demasiado cuerpo, pero sí el suficiente buqué como para hacerlo interesante.

Las vides y su proceso de crianza, me recordaron las plantas Canarias, que se cultivan también con unos márgenes climáticos muy rigurosos. En una de las viñas que visitamos ofrecían una degustación de los vinos y la posibilidad de comprar botellas. Pero esa posibilidad no es más que testimonial, pues el regreso en avión con todos los límites que hay hoy en los aeropuertos, deja claro que cualquier producto de este tipo que compres es para el autoconsumo en los días previos a tomar cualquier avión. En mi caso agradecí la degustación al propietario inglés de la bodega, si bien no puedo tener opinión, porque al hacer totalmente abstemio, carezco del menor criterio para valorar una bebida alcohólica.

Mis compañeros parece que disfrutaron en la cata.

 







lunes, 1 de septiembre de 2025

Costa Rica. Excursión por la selva.

 

A Angelines.

 

Estando en Costa Rica, tuve ocasión de hacer una pequeña excursión por la selva, con un guía. El paseo consistía en subir a un collado, desde el que se debía ver una buena panorámica de la selva al otro lado del monte. Éramos un grupo de quizá diez personas, de la que un servidor era la de más edad y además llevaba bastón. El bastón es un elemento muy útil, que desde la antigüedad se ha utilizado por su practicidad y contemporáneamente, además por su estética. Para los más simples, el bastón es solo un complemento para andar.

El grupo al que me refiero, estaba formado por adultos de alrededor de los treinta años, equipados con prendas del Coronel Tapioca, una tienda similar a la actual Decathlon, pero con más estilo y mejor calidad. Todos con pantalón corto. El guía que aparece en la foto, es un buen ejemplo del aspecto del aventurero medio de aquel grupo.

Antes de iniciar el ascenso por una fuerte pendiente más de barro que de tierra, el guía le dijo al grupo que tenían que templar sus fuerzas, porque iban con una persona mayor, lo que enfatizó señalándome a mí.

Inicié el ascenso a mi ritmo, procurando asentar bien los pies para evitar resbalar en el barro y utilizando el bastón como utilizaba el piolet en montaña. Al poco dejé de ver al grupo.

Subía sin prisas y sin retroceder por resbalones, hasta que llegue a un sitio despejado desde el que se veía al otro lado una gran extensión de selva y el meandro de un ancho rio.

Pensé que aquel debía ser el destino pues ya todo bajaba y no se veía senda clara.

Estuve alrededor de media hora contemplando el paisaje, hasta que vi aparecer por el sendero de subida, a los primeros aventureros, renqueantes y entre ellos el guía.

Desde el cerro.


Nadie me comentó nada. Pensé que por faltarles el resuello o sorprendidos por verme allí.

Me sentí divertido por haberles sacado media hora de camino.

Creo que el guía no me dijo hola al llegar.

Nos reunimos todos allí. ¡Oh que bonito! y bajamos.

Tuve dos experiencias con los guías costarricenses, que me confirmaron su gran amor por el dólar, en detrimento por el descuido en las formas y competencias.

Por lo que a mi intendencia respecta, en aquella excursión perdí entre el barro, el tope del bastón, que repuse luego sin problemas ya en Barcelona, pues es una medida estándar, como lo es el propio bastón.

Tengo otros bastones más elegantes y refinados, pero son para ocasiones de más protocolo.

Si hay tiempo y humor, en otro momento relataré otra experiencia divertida con otro guía nativo.


sábado, 30 de agosto de 2025

Hacía tiempo que no nos veíamos...

 

Ojeador, o vistante, o lector… hace días que quería presentarte a esta gatita.

Pero ha sido una semana muy larga y hasta que no ha llegado el sábado no he tenido ocasión.

Gatita, lector.

Lector, gatita.

Ya la conocías, pero muy de refilón.



martes, 26 de agosto de 2025

Costarricenses.

 

Unicornio y niños. Foto: Libre en internet.

No me gustan los habitantes de Costa Rica. Creo que su gentilicio, es costarricenses.

Son guapos, inteligentes, educados, sonrientes, listos, altos, perspicaces, aventajados y maravillosos, como unicornios sobre el arco iris.

Pero no me gustan, porque debo tener muy mal gusto, lo que es un problema mío, no suyo.

No me gustan porque en el trato, me da la impresión de que todo su mundo gira en torno al dólar.

No me gustan, porque me da la impresión de que excluyen de cualquier relación humana, todo lo que no tenga relación directa con el dólar.

No me gustan, porque me da la impresión de que, como niño quinceañero que no se despega de su teléfono móvil, son incapaces de despegarse del dólar.

Sí, lo pueden dejar colgado de la percha en su americana cuando salen a la calle, pero anímicamente siguen colgados de la misma percha que la americana.

Y si eso es así, tal como me parece, prefiero un dólar que es más cómodo de llevar y más seguro; porque un dólar es un dólar y todos sabemos lo que es un dólar.

Pero así, visto de repente, nadie sabe lo que es un costarricense.

Ni lo que es un somalí, ni lo que es un inuit, ni lo que es un habitante de Albarracín.

Sin embargo, todos sabemos, con un mínimo riesgo de equivocarnos, lo que es un dólar.

Entre otras cosas, por eso nos gusta el dólar.

Porque sabemos exactamente, cuánto vale y para qué sirve.


lunes, 25 de agosto de 2025

Todavía no había escrito sobre incendios.

 

Incendio en la Sierra Litoral.

No es que no me importe que España esté ardiendo por la incompetencia de los españoles y la de sus dirigentes.

Me destroza el corazón.

Pero como la monja que viéndose impotente frente a la maldad del mundo no ve más consuelo que rezar, a un modesto servidor, frente a su incapacidad de luchar contra el fuego, no le queda más que pensar en que la naturaleza, a la larga, destruirá al hombre y a toda su miseria.

Y a toda su grandeza.

Porque el mismo destino es el de los rascacielos de América, que el de las catedrales de Europa.

He perdido en mi vida zonas queridas, por incendios especulativos.

Cuando vivía en Almería, me contaban los de allí que, en muchos casos, eran los propios miembros de las cuadrillas de extinción de incendios, los que provocaban los fuegos para ganar más salarios.

Cuando iba a la Sierra de Gredos, esperaba con ilusión a que llegara un recodo del camino en el que el bosque y el agua, enmarcaban una humilde casita blanca sobre una roca.

Hasta que dejó de haber bosque y casita. No sé si sigue el agua, pues también están destruyendo presas.

Es una imagen que ya solo queda en mi recuerdo.

Antes he dicho incompetencia.

Eso no es grave, porque es relativamente fácil hacer un competente de un incompetente.

Pero debía haber dicho maldad y eso sí que es grave, porque no es fácil hacer un hombre bueno de uno malo.

Y cuantos se juntan incompetencia codicia, locura y maldad, no no hay nada que hacer, salvo sacar de la circulación al codicioso, al incompetente, al loco y al malo, sea moro o sea cristiano.

Nota: si te fijas, veras un hidroavión y un helicóptero de extinción de incendios. El fuego  es en Cataluña. Todo es poco.