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jueves, 29 de mayo de 2025

Sobre unos wasaps míos.

 

Para no quedarme en el paleolítico de la situación social española, sigo algún canal de youtube gestionado por personas que me parecen responsables y cabales.

Me vienen a la cabeza dos abogados en ejercicio, que hablan sin decir palabras malsonantes (parece que la palabrota es hoy requisito imprescindible) y que son comedidos en el hablar y en calificar, incluso al gobierno español, en su escandalosa política. El respeto y la compostura creo que son elementos imprescindibles de cualquier conversación o discurso.

En estas últimas semanas he oído dos intervenciones que me han llamado la atención. Una es sobre Putin y Rusia, que creo que se titula; Rusia la tercera RomaDa una visión desconcertante sobre la Rusia actual, basada en un hilo argumental histórico que creo impecable, si es que hay algo impecable.

La otra, alerta sobre los pies de barro de los bancos, que están cayendo como fichas de dominó arruinando a pequeños inversores. Habla un abogado que me inspira confianza y que está especializado en derecho bancario.

No voy a entrar en detalle de los temas, sino otro aspecto más trivial.

La única red social que tengo es whatsapp con cuatro interlocutores a los que procuro molestar lo menos posible.

Pero estos días habrán quedado desconcertados, porque en breve plazo les he enviado dos whatsapps, con enlaces a los documentos que acabo de comentar.

Son interlocutores inteligentes a los que quizá pueda interesar su contenido. Si no considero inteligente al receptor, ya no me molesto en enviarle cualquier cosa, aunque me parezca importante.

Aun así, habrán pensado; ¿qué tipo de enajenación ha sufrido José María, que me envía esto?

No, no estoy más enajenado de lo habitual, sino inmerso en un problema de conciencia en el que me debato, entre compartir algo que considero interesante, que no sigue la corriente, o callarme y parecer normal.

Y he optado por lo primero.

Como no soy ducho en whatsapp y la aplicación no me permite hacer más de cinco envíos, publico esto aquí, en la confianza de que los receptores de mis referidos mensajes lean aquí el motivo de ellos.

No pongo los enlaces, porque no quiero alterar mi blog de naturaleza, con la deleznable política española.

Puedes buscar en youtube; un abogado contra la demagogia y pablo franco, abogado.

Es esta una entrada ducitur ad hominem,... o ad femina.



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