Olivo centenario. |
Paseaba un rico por el campo con su pupilo, cuando
se cruzaron con un viejo olivo.
El árbol podía tener 100, 125 años o más.
El viejo dijo al pupilo:
Corta ese árbol y trocéalo, que me servirá para
lumbre en casa.
Pero maestro, dijo el pupilo, ese árbol es
centenario y conserva la vida de muchos lustros.
¿Por qué no utiliza leña más humilde y abundante,
para algo tan banal como calentarse usted o la comida?
El viejo maestro vio enseguida que su pupilo tenía
razón.
Pero él era viejo. Y era maestro.
Y el pupilo era joven y era discípulo.
Con mal tono le contestó:
¡Porque no!
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