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domingo, 24 de mayo de 2020

Probables huellas de habitación del bivalvo "Irus irus".

Probables huellas de habitación del molusco bivalvo Irus irus.

La imagen de hoy, domingo de Ascensión, es la de un canto rodado calizo procedente de una playa de Málaga, que me regaló Angélica hace un tiempo. Al ser un ejemplar de arribazón suma dos características que acomplejan su clasificación; no se puede determinar su procedencia y al estar muy rodado se pierden detalles del aspecto original.

A pesar de ello, voy a aventurar algunas opiniones a las que no debes dar mayor valor.

En primer lugar, los orificios me parecen cámaras de habitación del molusco bivalvo Irus irus, animal que puede llegar a medir hasta los 25 mm, (aunque nunca los he visto al natural tan grandes). El aspecto de la cámara de habitación de los ejemplares que he visto en vivo es muy semejante. De tratarse de esto, los ejemplares que produjeron esas perforaciones deberían ser de buen tamaño.

En las cámaras que he visto con ejemplares vivos, el animal está holgado en el habitáculo que ha horadado, pero la entrada se estrecha, de manera que la concha no puede sacarse por ese agujero, que es notablemente más estrecho. En el ejemplar que presento se da esa característica.

Es normal y frecuente que se aparezcan varias cámaras - con la disposición anárquica de este caso - en una sola piedra, aunque por lo pequeña en esta ocasión, es probable que se trate de un trozo desprendido de un bloque mayor.

En el ejemplar de la fotografía el orificio de la derecha mide 6 mm en su parte más ancha y 3,6 mm de profundidad. El canto mide 29 mm en su medida mayor.

He visto marcas que dejan sobre la roca los erizos de mar, que son como leves socavones. Las marcas actuales que he visto de foronídeos y anélidos son galerías que en nada se parecen a lo que nos ocupa. También hay esponjas que dejan marcas en las rocas, pero tampoco tienen que ver con este caso.

Ahora bien. He visto en fósiles icnitas (huellas) semejantes que se atribuyen a anélidos, foronídeos (ambos “gusanos”) o crustáceos. En cualquier caso creo que es un error denominar a esas icnitas skolithos, que son galerías, lo que no es el caso que nos ocupa.

Te dejo materia para que se te haga menos duro el confinamiento, consultando en Internet sobre esos extremos.

Tengo pendiente de publicar, a espera de recursos, un libro de sesenta páginas de restos de arribazón, donde expongo decenas de ejemplares como este y semejantes.

Es un tema apasionante y muy atractivo para el público en general, hasta ahora inédito en la extensión que lo trato en el referido libro, que se ocupa de muchos grupos de animales y plantas pero que la ignorancia hace a los editores, ignorantes de su atractivo para los lectores.

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