En una ocasión Pedro, tripulante del CRIS I le
recordó cordialmente a Asensi que éste llamaba al CRIS I “El
barco de los tullidos”, porque varios de los tripulantes (entre ellos él mismo) tenían disminuciones
físicas. Creo que lo comento en otro lugar de este blog. Y si esto era cierto hace cerca de cuarenta años, ¿cómo será
hoy el barco en el que navega Asensi?
La realidad es que el porcentaje de disminución física de
los tripulantes actuales del barco del que hablamos, supera con holgura el
100%; es decir, el barco no está administrativamente tripulado.
¿Pero qué puede significar esto en un país en el que su Gobierno
lleva años “en funciones” y en una Comunidad Autónoma que lleva años sin Gobierno? Pues quiere decir, que una cosa es la Administración y otra
la realidad. Porque España funciona más o menos renqueante, pero funciona. Y
Cataluña está vivita y coleante. Eso es lo que pasa
con nuestro barco, que carece administrativamente de tripulación, pero navega y
late.
Y, ¿cómo llamamos a los barcos que navegan con ánimas a
bordo?... pues barcos fantasma.
Por eso, cuando en adelante nos refiramos al barco en el
que hoy navegan Asensi y su tripulación, lo nombraremos como “El buque
fantasma”.
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