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miércoles, 23 de marzo de 2022

Bonsái para un occidental pobre e impaciente.

 

Planta crasa Kalanchoe daigremontiana.

Los japoneses, pueblo paciente y amante de la belleza, han desarrollado un arte milenario para hacer crecer árboles enanitos que rememoren en apariencia y belleza a los originales grandes. Y si es posible, que los superen.

Un bonsái lo puedes hacer tú dedicándole mucho tiempo y paciencia, o puedes comprarlo por un buen dinero.

Soy un occidental impaciente, sin demasiada maña y con poco dinero. Pero me gusta la belleza de los bonsáis.

Por eso me he hecho un sucedáneo. Es una planta crasa de crecimiento rápido y que admite errores en la manipulación.

Sobre todo, de crecimiento rápido. ¡Los occidentales somos puro nervio!

Cuando lo miro me traslado a una plácida playa tropical caribeña, de arenas blancas y maguas cálidas… ¡vamos!, esas con tiburones y medusas.

Por cierto, la medusa australiana irukandji (Carukia barnesi), mide 1,5 cm. y es mortal para el hombre. ¡y de qué manera más terrible!

Pero sueño tranquilo mirando mi sucedáneo de bonsái, porque mi playa es caribeña, no australiana.


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