Celebro la llegada del verano con una nueva cabecera que suple al bodegón de frutas primaverales, que a su vez suplió al tranquilo oso del invierno.
Hoy un castillo de arena y un bañista. Al fondo, guardando la distancia preceptiva, más bañistas en el agua.
Veremos cómo se presenta este verano. El verano anterior me pasó, literalmente, ¡un tornado por encima!
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