Brujuleando
entre las imágenes de mi archivo, he encontrado esta diapositiva que tiene ya sus años. Me
crucé con este barco navegando por las costas de Ibiza en los años ochenta y me
llamó la atención. Desgraciadamente no pude tomar su nombre. Parece que es un
velero de los que pasan de generación en generación, tradición de tantas
familias europeas en las que navegar no es un signo externo, sino un placer del
espíritu.
Tomemos
nota de esos ejemplos edificantes.
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