A Pilar.
La vida surge en lo imprevisto.
E igual desaparece.
Antes, debemos estar ilusionados para la sorpresa.
Y luego, debemos saber gestionar el recuerdo de la desilusión.
Y en el entretanto, disfrutar de ella.
Es el juego de la Creación.
Este juego sólo se puede alterar pidiendo el milagro. Quizás, en la soledad de la noche. Cuando en el silencio y la oscuridad, a espaldas del mundo que duerme, la oración es más eficaz.
Probablemente nunca leas esto, pero cada noche, pido
el milagro.
Aunque sinceramente, creo que poco vale mi humilde empeño.
Luna y estelas. Foto: Angélica. Regidor. |
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