A mí apreciado y recordado Manuel, ordenanza
municipal. Un funcionario bueno y eficaz.

Alguien me explicó hace tiempo, que el cincuenta por
ciento de las previsiones meteorológicas que realizaron las fuerzas armadas
inglesas durante la Segunda Guerra Mundial, no se cumplieron. Es decir que
fueron inútiles.
Winston Churchill, responsable último del asunto,
llegó a la conclusión de que si hubieran suprimido el servicio meteorológico y
destinado a sus personas y recursos a cualquier otra afición, no habría pasado
nada, no habrían habido más aciertos o fracasos por cuestiones del tiempo y la
guerra habría sido más rentable aunque igualmente cruel.
Hoy los pronósticos meteorológicos que salen en las
noticias, no tienen la intención fundamental de que el ciudadano conozca la
predicción del tiempo, sino dirigir sus intereses en determinadas direcciones,
como es el buscar la total ocupación hotelera pronosticando buen tiempo aunque
se sepa que va a llover o anunciar fuertes temporales cuando interesa que la
gente se quede en casa.
¡Que somos muchos y hay que cuidar el control del
rebaño, no sea que se desmande!
¡Qué placentero debe ser el ser amo y que duro es,
el ser siervo!
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