Ya no me da miedo el infierno... foto : Internet. |
Ya no me da
miedo el infierno porque me he hecho a él.
Además, Francisco ha dicho que no hay nadie en él.
¡Buena oportunidad para los ocupas!
Aunque vete a saber, lo uno y lo otro
Para mí, es el digno colofón de una vida agobiada
por la desgracia.
No quiere decir eso que no haya tenido momentos de
felicidad, si no que mi sino ha sido la adversidad.
No por causa de maldad, creo, más bien por causa
de decisiones basadas en creencias erróneas y en ensoñaciones románticas.
La vida no es un escenario romántico.
Es un ámbito cruel, donde se debate la
supervivencia, supervivencia basada en realidades y no en valores.
Por eso el mal siempre triunfa en el mundo real.
En otro mundo, en el de las ideas, debe triunfar el
bien.
Pero son dos mundos paralelos, en los que se ha de
elegir dónde se quiere estar o bien dónde se puede estar según la naturaleza
del que elige.
Son dos mundos separados pero permeables, entre los
que nos podemos mover y que nos condicionan la vida.
Es malo estar donde no te toca y bueno estar donde
te toca.
Y no puedes elegir, te viene por naturaleza.
Creo que a mí me tocó por genética vivir en el mundo
de las ideas y por realidad, estar en el mundo de los hechos.
Desarmado en la materia y perdido en el espíritu.
Esto me decía mi amigo Sesmilo, mientras nos
tomábamos unos zumos, en la terraza de un bar, con vistas al mar.
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