Páginas

martes, 25 de noviembre de 2025

No me gusta la naturaleza humana.

 

Dicho a bote pronto, sin matizar, digo que no me gusta la naturaleza humana, así en general.

No me gusta porque predomina el instinto de conservación que nos hace agresivos y violentos.

Si ejerciéramos nuestra racionalidad, podríamos compensar ese instinto que mantiene a nuestra especie a costa de hacerla indiscriminadamente peligrosa.

El culmen de esa peligrosidad está en los crímenes, en las guerras y en los genocidios.

Pero no hace falta tirar tan alto para ver los efectos de ese egoísmo supervivencionista.

A modo de maqueta ilustrativa, podemos mirar a Internet. Su público es una muestra en pequeña maqueta, de la naturaleza humana.

Ese público (a veces con un coste testimonial de soportar breves anuncios), disfruta del esfuerzo de los creadores de contenidos a los que a veces da como recompensa, las migajas de un me gusta o de una suscripción. Una minoría da un poco más.

Pero cuando él creador entra en una laguna creativa por las circunstancias que sean, su público le abandona.

Me ha llegado a escandalizar al oír un episodio referido a esto en un canal de Youtube El gen Martínez.

Soy muy empático, y en ocasiones me afecta más lo ajeno que lo propio.

Por eso no me gusta la naturaleza humana, porque pide más de lo que se merece, porque es violenta, egoísta y carece de caridad.

Con honrosas y abundantes excepciones.

Afortunadamente no es el caso.

Este blog es minoritario y me siento arropado por mis pocos visitantes.

Pero reconozco que Martínez puede tener algo o mucha razón.

He buscado el vídeo para enlazarlo, pero no he sabido encontrarlo.

El fondo es el mismo, pero menos elocuente y menos vivido.

Me puedes decir y con razón, que he mezclado cuestiones de fondo con trivialidades.

Es cierto, pero la trivialidad, la maqueta, a veces ayuda a entender la cuestión de fondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.