Páginas

jueves, 21 de agosto de 2025

Fecha de caducidad y la condición de racional.

 

A los caducados.

Torre Colón y monumento a Colón. Barcelona.

Detalle de la vista de la fachada marítima de Barcelona, desde mi nido de trabajo.


No es un secreto en la naturaleza, que el tiempo nos deja a todos calvos. De hecho, hay un principio en economía, que dice; a largo plazo, todos calvos.

Excepto las langostas y algunos gusanos, que algunos aseguran, son inmortales (ni las piedras son inmortales).

Pero hay una diferencia radical entre los animales racionales y los irracionales.

Empecemos por los más sencillos, los irracionales.

Cuando caducan, la naturaleza los ignora, se mueren y son pasto de nueva vida.

Sin embargo, nosotros, cuando caducamos, la sociedad nos ignora, pero algunos juegan al mus, al dominó, o a la petanca y siguen cobrando la pensión y viajando con el IMSERSO, hasta que, por fin, son pasto de nueva vida.

En definitiva, todos hacemos lo mismo, pero los racionales con más rodeos.

Buscando otros motivos gráficos, he encontrado en lo que queda de mi archivo fotográfico, unas imágenes de la Torre Colón en Barcelona, donde, en la planta 21 ó 22 tenía, en una de mis épocas profesionales florecientes, mi despacho.

No entro en detalles del edificio, pues era una aberración urbanística, probablemente ilegal.

Mi despacho tenía ventanales al mar y a la montaña y mi personal dependiente, estaba separado de mi generoso espacio vital privado, por una pecera, como en las emisoras de radio.

No sé si era un jefe querido, pero cometía todo género de pecados veniales, para que el personal que dependía de mí, tuviera la vida laboral lo más plena posible.

No era gratis.

Como contrapartida, ellos alargaban sus horarios cuando se lo pedía y no refunfuñaban nunca frente a cargas de trabajo imprevistas. Todavía los recuerdo a todos con afecto y agradecimiento.

Una vez me costó un expediente administrativo defender a una buena funcionaria, de una acusación abusiva, técnicamente cierta, (con matices), pero moralmente abusiva.

Los políticos me miraron mal, pero mis compañeros se pusieron de mi parte, con lo que el expediente me causó gozo en lugar de pena.

Ahora estoy escribiendo esto como un canto a la caducidad.

Los irracionales como mi perro, que tiene más años que el Canal de Isabel II, está pasando en sus últimos años durmiendo, comiendo y descomiendo; vegeta.

Sin embargo, un servidor, que está más machacado que un palo de bolos, puede contar batallitas loando su situación o, por lo menos, tomándosela a broma.

Lector cuida tu cuerpo, para que cuando llegue su momento, no seas el elefante enfurruñado que no encuentra su cementerio, ni la barracuda malhumorada y agresiva, que deja mal a sus compañeras, colgándoles el san Benito de peligrosas.

Izda., edificio de la autoridad portuaria de  Barcelona. Detrás monumento a Colón y al fondo, torre Colón.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.